Una gitana vestida de rojo cereza
La música de aquellos violines llegaba como un dulce bálsamo
hasta mis oídos, con la mirada busque afanosamente quien causaba aquella
agradable sensación que colmaba de paz mi ser, al fin pude divisar al fondo de la
plaza y junto a la fuente a dos zíngaros curiosamente ataviados y armados de sendos violines desgranando alegres melodías, al son de tan entrañable música una gitana
descalza entre melodías más flotaba que bailaba, sus largas melenas, negras como azabache flotaban al viento
dejando entrever su bronceado rostro del que desafiante emergía una sonrisa turbadora,
su cuerpo dentro de aquel ceñido vestido rojo cereza se cimbreaba acompasadamente
con la música dando giros y giros con los brazos abiertos, era como si estuviese abrazando a la vida por sentirse tan
feliz, al mismo tiempo sus manos giraban al compás como abanicando vientos tratando de arrancarle puñados de felicidad a la realidad.
Ante tan turbadora visión no pude menos que preguntarme en
que parte del camino decidimos dejar de bailarle a la vida, de ser felices sin más, de
amar solo con el corazón, de ver no solo lo que miramos, en qué momento pasamos simplemente a mirar de
reojo a la vida, viendo asustados como niños lo fácil que se nos escapa la felicidad entre los dedos como el agua en una cesta de mimbre, porque esta dualidad tratando de
ocultar nuestros desengaños.
Recordé también felices tiempos, con nuestros bolsillos
vacíos, nuestros paseos cogidos de la mano por la orilla del mar, mi corazón latiendo
peligrosamente al acercarme a ti, nuestros dedos entrelazados parecían imposibles de
separar en esta vida, tus besos, abrazos, mis besos, abrazos, nuestros besos, no teníamos nada, solo
ilusiones, teníamos lo que queríamos, éramos felices que más se podía pedir.
Mas el tiempo pasa, la pasión deja paso al amor que a su vez
cede terreno al cariño, tus miradas de complicidad ya no necesitan de las palabras,
tu ser convertido en un libro abierto muestra sus páginas dibujadas con los mil
colores del amor, la ilusión del mañana se ha convertido en la realidad del
hoy, la libertad se ha convertido en serenidad, nuestros pasos acompasados nos
han traído pausadamente hasta aquí sin decirnos en qué momento se nos olvidó bailar.
Simplemente somos felices sabiendo que siempre habrá una
gitana descalza bailándole a la vida.
¿Qué no tenían nada tus protagonistas?. Lo tenían todo. I L U S I O N E S. Lo más importante para caminar .
ResponderEliminarAlma de gitana bailándole a la vida. A veces el ritmo de la naturaleza no deja de sentirse por muchos años que se vayan quemando.
Recuerdos a tu gitana y al contador de estas historias
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar