viernes, 10 de febrero de 2012


Un domingo cualquiera.
Me había prometido aquel domingo ser fiel a mí propuesta de la noche anterior, mañana mente en blanco y a disfrutar de la inopia,  como siempre y por no sé qué oculto motivo,  al amanecer mis ojos abiertos repasaban todos los detalles tantas veces observados del dormitorio, mirando a través de  la ventana  entreabierta se veía  aquella vieja y solitaria casona a la que los años y la soledad habían tratado con desdén,  ajando sus paredes de madera con mil grietas y astillas, difuminando  en el tiempo aquella pintura  que algún lejano día debió de ser su manto salvador, poco a poco se fue creando en mi interior  un desasosiego que me izo levantar de la cama cual autómata de cuerda y a trompicones dirigirme al baño, salía de mi querida ducha matutina cuando llegó a mis oídos un sonido extraño y  al mismo tiempo conocido desde el dormitorio, apoyando mi hombro sobre el quicio de la puerta  procedí a observar la causa de tan extraños sonidos,  aquella dama se situaba frente al espejo  cambiaba continuamente de posición, ahora de frente,  ahora de costado, ahora de espaldas , ahora del otro costado, y vuelta a empezar, todo ello acompañado de un rosario de sonido guturales que me sonaban a desaprobación, al fin apercibida de mi presencia y girándose hacia mi pregunto afirmando  a la vez:  tú qué opinas?, como me ves?,  verdad que este vestido me hace mayor?, todo esto al unísono y de una vez.  Las respuesta a tamaña preguntas cual tornado de fuertes vientos se agolpaban en mi cabeza peleando por salir y gritar al mundo su lado más sincero, pero como decirte  que hay mil formas de verte y que todas me gustan,  como decirte que la pasión se ha transformado en devoción, que cuando tu andas tus pies calzan mis zapatos,  como decirte que  no veo tus arrugas, que tu pelo entonces azabache es mucho más bonito con sus reflejos plateados, como decirte tantas cosas en tan pocos años que nos quedan por vivir,  porque yo he aprendido a tu lado que las brujas que nos embrujan con su embrujo  no llevan escobas ni sombreros  de pico, simplemente  son bellas como tú,  porque se puede ser bella  además de hermosa,  y tu  quieres que te conteste en  tres palabras?, porque eres tan cruel conmigo? .
Conseguí a  duras penas mantener el aliento y después de tragar saliva, directamente  y mirándole a la cara conteste:  la verdad cariño es que te sienta muy bien y te hace aparentar ser más joven.  
Porque callamos  cuando hay  que hablar?      

3 comentarios:

  1. Me repito. Realmente tu manera de escribir me asombra mucho.
    Eres el dueño de las metáforas y creo que disfrutas escribiendo de forma velada. Tal y como expones este relato, la dualidad está servida.
    Hay una parte que me parece muy hermosa
    "pero como decirte que hay mil formas de verte y que todas me gustan, como decirte que la pasión se ha transformado en devoción, que cuando tu andas tus pies calzan mis zapatos, como decirte que no veo tus arrugas, que tu pelo entonces azabache es mucho más bonito con sus reflejos plateados, como decirte tantas cosas en tan pocos años que nos quedan por vivir" Es un sentimiento loable que te hace grande y a ella también. Precioso. No me quedó claro el tema de las brujas. Ya me dirás.
    Un abrazo. Me gusta mucho tu estilo

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  2. hay brujita y lo preguntas tú, a veces si no miramos con nuestro corazón lo que vemos es menos real que lo que dejamos de apreciar al distraernos con perjuicios absurdos.
    Gracias por compartir estos momentos conmigo

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  3. No se las veces que he leído este relato. Cada vez descubro algo nuevo. Tienes un corazón muy muy grande. No te escondas. Sal ahí fuera y que te conozca todo el mundo. Esta entrada es maravillosa solo una persona serena y con el corazón inmenso es capaz de escribir lo que se lee y lo que se intuye. Tenía qué decírtelo.
    Gracias a ti,siempre, gracias a ti.

    Un abrazo, grande, muy grande.

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