martes, 14 de febrero de 2012


Entonces abuelo, porque la abuela esta siempre sonriendo?.
Detrás de aquella sonrisa carente de toda maldad  como un eco resonaba la pregunta entre sus  labios y su boca,  su limpia mirada me invito a sacar de dudas a aquel pequeño de rizos dorados como trigo, así que pausadamente como solo la edad ayuda a interpretar las palabras,  trate de complacerle con estas palabras. Mira mi bien, cuando por las mañanas la abuela sonríe es porque le declara al día que su noche le ha traído dulces recuerdos  que como tejas le han protegido de lluvias y nieves, y que estas no han conseguido enfriar su corazón, sonríe porque las primeras luces del alba han alejado los fantasmas de la noche,  sonríe porque cuando ríes, tus risas llenan tanto su ser que si no sonriese estallaría en mil pedazos, sonríe porque la luz de la mañana le invita a descubrir  nuevos caminos por recorrer, por eso mi vida sonríe la abuela por las mañanas.
Entonces abuelo porque sonríe la abuela por la tarde?
Mira mi cielo, por las  tardes al sentarse la abuela en el porche,  entre los vaivenes de la mecedora,  su sonrisa nos está diciendo que su quehacer diario finalizo, que el día toca a su fin, que el ocaso le da la bienvenida al tapiz de estrellas del firmamento, sonríe porque en cada estrella con esmero escribió un pasaje de su vida, por eso la luna está llena de tanto leer estrellas, sonríe porque sabe que su sonrisa ilumina con mil farolillos de colores el sendero hasta el hogar, por eso mi vida la abuela sonríe por las tardes.
Entonces abuelo porque tú nunca sonríes?
Te has dado cuenta mi bien, el abuelo nunca sonríe porque pasa las noches en vela susurrándole  al oído dulces recuerdos de felicidad, soplando sobre su cuerpo un cálido halo para alejar los fantasmas de la noche, porque paso la mañana contándote cuentos para oír tus risas, porque limpio de obstáculos los caminos a recorrer, y por las tardes cuando la noche a vencido al día, cuando el sol esconde su ultimo rayo, coloco las estrellas alrededor de la luna para que la hacedora de sueños pueda escribir en cada una cuanto nos quiere, no sonrío porque  tengo miedo que la tristeza,  envidiosa de mi felicidad venga presta a apagar los farolillos del camino y me pierda en el sendero de la vida.  Pero no sufras mi vida,  cuando el abuelo exhale su último suspiro, en ese momento con una gran carcajada,  pintare mil sonrisas con los dedos para que todo el mundo sepa que nadie pudo ser tan feliz como yo abrazando sonrisas.   

1 comentario:

  1. Esto es amor. Preciosa entrada. Sinceramente no tengo palabras ante una historia como la que hoy nos regalas. Palabras mayores, las tuyas.
    Un abrazo

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