Entonces abuelo, porque la abuela esta siempre sonriendo?.
Detrás de aquella sonrisa carente de toda maldad como un eco resonaba la pregunta entre sus labios y su boca, su limpia mirada me invito a sacar de dudas a
aquel pequeño de rizos dorados como trigo, así que pausadamente como solo la
edad ayuda a interpretar las palabras, trate de complacerle con estas palabras.
Mira mi bien, cuando por las mañanas la abuela sonríe es porque le declara al
día que su noche le ha traído dulces recuerdos que como tejas le han protegido de lluvias y nieves, y que estas no han conseguido enfriar su corazón,
sonríe porque las primeras luces del alba han alejado los fantasmas de la
noche, sonríe porque cuando ríes, tus risas llenan
tanto su ser que si no sonriese estallaría en mil pedazos, sonríe porque la luz
de la mañana le invita a descubrir nuevos
caminos por recorrer, por eso mi vida sonríe la abuela por las mañanas.
Entonces abuelo porque sonríe la abuela por la tarde?
Mira mi cielo, por las tardes al sentarse la abuela en el porche, entre los vaivenes de la mecedora, su sonrisa nos está diciendo que su quehacer
diario finalizo, que el día toca a su fin, que el ocaso le da la bienvenida al
tapiz de estrellas del firmamento, sonríe porque en cada estrella con esmero escribió
un pasaje de su vida, por eso la luna está llena de tanto leer estrellas, sonríe
porque sabe que su sonrisa ilumina con mil farolillos de colores el sendero
hasta el hogar, por eso mi vida la abuela sonríe por las tardes.
Entonces abuelo porque tú nunca sonríes?
Te has dado cuenta mi bien, el abuelo nunca sonríe porque
pasa las noches en vela susurrándole al oído
dulces recuerdos de felicidad, soplando sobre su cuerpo un cálido halo para
alejar los fantasmas de la noche, porque paso la mañana contándote cuentos para
oír tus risas, porque limpio de obstáculos los caminos a recorrer, y por las
tardes cuando la noche a vencido al día, cuando el sol esconde su ultimo rayo, coloco
las estrellas alrededor de la luna para que la hacedora de sueños pueda
escribir en cada una cuanto nos quiere, no sonrío porque tengo miedo que la tristeza, envidiosa de mi felicidad venga presta a apagar
los farolillos del camino y me pierda en el sendero de la vida. Pero no sufras mi vida, cuando el abuelo exhale su último suspiro, en
ese momento con una gran carcajada, pintare
mil sonrisas con los dedos para que todo el mundo sepa que nadie pudo ser tan
feliz como yo abrazando sonrisas.
Esto es amor. Preciosa entrada. Sinceramente no tengo palabras ante una historia como la que hoy nos regalas. Palabras mayores, las tuyas.
ResponderEliminarUn abrazo